El IPD bajo la lupa: ¿quién cuida el deporte peruano mientras se reparten cargos?

La bandera del deporte nacional no se mancha, pero hay quienes parecen haber olvidado esa regla básica. El Instituto Peruano del Deporte (IPD), encargado de velar por nuestras federaciones, atletas y el desarrollo del deporte en el país, hoy se encuentra en el centro de una tormenta. ¿La razón? Irregularidades, falta de transparencia y una gestión que muchos califican de más política que deportiva.

Mientras nuestros atletas dejan el alma en la cancha, tatami, pista o piscina, algunos dirigentes están más preocupados por mover fichas en elecciones internas que por asegurar condiciones dignas de entrenamiento. ¿Y el IPD? Lejos de poner orden, en muchos casos ha guardado silencio… o ha sido parte del problema.

Comités fantasmas y elecciones amañadas

No es broma: en varias federaciones se han detectado “ligas” que solo existen en papel. No tienen deportistas, no organizan torneos, no entrenan… pero sí votan en elecciones. ¿Cómo llegaron a tener voz y voto? Buena pregunta. Hay comités electorales armados al gusto del dirigente de turno, con presidentes que “aparecen” justo antes del proceso y candidatos que ya están elegidos antes de empezar la votación.

Y mientras tanto, hay clubes reales que entrenan en condiciones precarias, con colchones rotos, sin apoyo médico ni nutricional, y con cero acceso a becas. ¿Dónde está el IPD? Bien, gracias.

Dirigentes que no sueltan el mando

Otro caso que genera indignación es el de dirigentes que van saltando de una federación a otra como si fueran dueños del deporte peruano. Algunos incluso ocupan varios cargos al mismo tiempo. ¿Conflicto de intereses? Eso no parece importar. Lo que importa es mantener el control. Y mientras tanto, se siguen perdiendo talentos por falta de apoyo.

En palabras de deportistas afectados: “Todo lo que hemos conseguido ha sido a puro esfuerzo personal. Ni el IPD ni nuestras federaciones nos respaldan como deberían”.

La respuesta de la comunidad

La situación ha generado un fuerte malestar entre entrenadores, atletas y clubes. Desde las bases se exige que el IPD actúe con firmeza, que revise los padrones, fiscalice los procesos y, sobre todo, que ponga al deportista en el centro. Porque si el objetivo es realmente el alto rendimiento y la masificación del deporte, ¿por qué se sigue permitiendo que los intereses personales dominen el tablero?

Incluso en redes sociales, como en la cuenta de TikTok de @ada.peru, se han compartido videos con testimonios y denuncias que muestran con nombres propios cómo funciona este sistema de repartija disfrazado de gestión deportiva.

¿Y ahora qué?

La pregunta cae por su propio peso: ¿seguiremos mirando para otro lado o exigiremos el cambio que el deporte peruano merece? Los Juegos Panamericanos están a la vuelta de la esquina. Los atletas necesitan respuestas hoy, no excusas mañana.

El deporte no puede seguir siendo rehén de egos ni de favores políticos. Lo mínimo que se pide es justicia, transparencia y un mínimo de respeto por quienes entrenan todos los días por amor a su camiseta. Porque el verdadero Perú, el que lucha y se supera, no está en las oficinas. Está en los coliseos, en las pistas, en los gimnasios… y está cansado de ser ignorado.