Ignacio Buse debutó en el US Open 2025: dejó buenas sensaciones aunque cayó ante Ben Shelton

El tenis peruano volvió a estar bajo los reflectores en Nueva York. Ignacio Buse, con apenas 21 años y la ilusión de un chico que sueña en grande, vivió su estreno oficial en el cuadro principal del US Open 2025. La cita no era sencilla: enfrente tenía a Ben Shelton, número 6 del ranking ATP y una de las estrellas más prometedoras del tenis estadounidense.

El resultado fue claro —derrota en tres sets (3-6, 2-6, 4-6)—, pero la historia va más allá del marcador. Porque el joven limeño no se achicó, mostró personalidad y jugó con desparpajo en varios pasajes de un partido que, por momentos, logró poner en aprietos al favorito local.

Shelton, con su sello de potencia

El norteamericano hizo valer sus credenciales desde el inicio. Su servicio, uno de los más temidos del circuito, fue un martillo constante que complicó a Buse. Cada vez que el peruano intentaba alargar los puntos, Shelton respondía con agresividad desde el fondo, marcando la diferencia en los momentos decisivos.

Aun así, hubo intercambios largos donde Nacho se plantó con confianza, buscó las líneas y demostró que tiene golpes para competir en este nivel. El tercer set, donde llegó a incomodar a Shelton con sus variaciones, fue una muestra clara de su carácter.

Más que una derrota, un aprendizaje

Para Buse, este debut no es solo una estadística en su carrera, sino un paso enorme en su proceso de crecimiento. Jugar en la pista de Flushing Meadows frente a un top 10, con miles de miradas encima y la presión de un Grand Slam, no es poca cosa. Y aunque la experiencia de Shelton pesó más, el peruano dejó señales de que tiene madera para seguir abriéndose camino en el circuito.

Con la eliminación, el número uno del tenis peruano se despide del US Open 2025, pero se lleva un aprendizaje invaluable: ya sabe lo que es medirse cara a cara con la élite y no salir con miedo.

Un nombre que empieza a sonar

El tenis mundial tiene la mirada puesta en varias joyas jóvenes, y Buse quiere entrar en esa conversación. Su estilo aguerrido, su capacidad para no bajar los brazos y la frescura de sus 21 años lo convierten en un proyecto interesante. El camino es largo y lleno de retos, pero lo vivido en Nueva York ya lo puso en el radar de muchos.

Los hinchas peruanos, por ahora, pueden quedarse tranquilos: hay un jugador con hambre de gloria y con ganas de seguir escribiendo su historia en los grandes escenarios. Y quién sabe, quizás este debut, aunque con derrota, sea apenas la primera página de muchas aventuras en torneos de Grand Slam.