Paolo Guerrero ha protagonizado un nuevo y polémico episodio en su paso por el club César Vallejo. El delantero peruano se negó a ingresar al campo en el partido contra Alianza Lima, agravando así su ya tensa relación con el equipo trujillano. ¿Qué llevó a Guerrero a rebelarse y qué consecuencias podría tener este acto para su futuro en el club?
Una novela sin final feliz
Cuando Richard Acuña decidió fichar a Paolo Guerrero para César Vallejo, jamás imaginó que esta decisión desencadenaría una serie de eventos desafortunados. En febrero, Guerrero había mostrado su descontento al negarse a cumplir su contrato debido a amenazas hacia su madre. Ahora, la negativa del delantero a entrar al partido contra Alianza Lima ha colmado la paciencia de los directivos del club.
Desde su llegada, la relación de Guerrero con el equipo ha estado marcada por conflictos. La eliminación temprana de la Copa Sudamericana, un desempeño mediocre en el Torneo Apertura, y el cambio de entrenador han contribuido a una situación insostenible. Además, la falta de plenitud física de Guerrero, conocido por su historial de lesiones a sus 40 años, ha sido un punto de fricción constante.
Un acto de desobediencia
En el minuto 70 del partido contra Alianza Lima, el entrenador Guillermo Salas decidió ingresar a Paolo Guerrero, buscando aprovechar su experiencia y capacidad en el área rival. Sin embargo, para sorpresa de todos, Guerrero se negó a entrar, a pesar de haber estado calentando con el resto de sus compañeros. Salas, visiblemente frustrado, explicó en la conferencia de prensa que Guerrero alegó no estar en condiciones para jugar, a pesar de que no mostraba signos de lesión.
La actitud de Guerrero ha generado incomodidad y molestia dentro del club. Su negativa no solo socavó la autoridad de Salas, sino que también expuso las tensiones internas en el equipo. Salas fue claro en su postura, indicando que solo quiere contar con jugadores comprometidos con los objetivos del club.
Un futuro incierto
Es evidente que Paolo Guerrero no desea continuar en César Vallejo. Según informó RPP Noticias, el delantero ha solicitado una reunión con la directiva para rescindir su contrato. Esta reunión, programada inicialmente para el viernes, se pospuso para el lunes, lo que desató la desobediencia de Guerrero en el partido.
Además, según L1 Radio, el entrenador Salas solo considera a Guerrero apto para jugar entre 20 y 25 minutos por partido, una situación que no es del agrado del delantero. Richard Acuña ha sido claro en su postura: “No es negociable ninguna liberación de Paolo Guerrero después de esto. Si no quiere seguir aquí, lo que se viene es el retiro para Guerrero”.
Consecuencias legales y deportivas
El contrato de Guerrero con César Vallejo está firmado hasta diciembre de 2024. Según el abogado argentino Marcelo Bee Sellares, no hay cláusulas que permitan una rescisión anticipada sin penalización. Esto significa que Guerrero deberá negociar con la directiva para resolver sus diferencias.
La situación actual pone en riesgo la continuidad de Guerrero, no solo en César Vallejo, sino también en su carrera profesional. Si no se resuelven las tensiones, el delantero podría quedar sin jugar, lo que afectaría su convocatoria para las Eliminatorias 2026.
Reflexión final
Paolo Guerrero, quien alguna vez fue recibido con entusiasmo en Trujillo, ahora enfrenta un panorama adverso. Su relación conflictiva con César Vallejo podría llevarlo a un retiro prematuro si no se encuentra una solución. A pesar de sus logros en el fútbol, la actitud rebelde de Guerrero podría ser la causa de su caída, mostrando que, a veces, la vehemencia fuera del campo puede tener consecuencias devastadoras.