Aixa Vigil lo dice sin rodeos: su mejor versión en la cancha tiene nombre y apellido. Y no, no es una casualidad. Para la atacante nacional, Facundo Morando no solo fue un entrenador más en Alianza Lima; fue el tipo que le levantó el ánimo cuando ya sentía que no tenía lugar. “Estaba en el piso anímicamente”, confesó.
La historia arranca con un cambio de timón en el banquillo blanquiazul. Morando, técnico argentino, llegó a La Victoria para reemplazar a Paulo Milagres. Desde los primeros entrenamientos se notó algo distinto: intensidad, cercanía con el grupo y, sobre todo, confianza. Y eso fue justo lo que Aixa necesitaba.
“Antes no estaba jugando bien. Me había quedado estancada. Me sentía sin ganas”, contó Vigil en una entrevista con Latina Deportes. Pero bastaron tres días con Facundo para volver a creer en sí misma. “Me devolvió la alegría de jugar. Me brindó lo que me habían quitado”.
Uno de los momentos clave fue en Villa El Salvador. Aixa estaba fallando ataques en plena rotación, visiblemente frustrada. “Facundo me llevó a un lado y me dijo: ‘No falles dos o tres pelotas seguidas porque eso te hunde. Confío en ti, pero si te caes sola, no hay mucho que pueda hacer’. Eso me marcó”.
Y no fue solo una charla. Morando apostó por ella desde el primer minuto. La puso en cancha, le dio responsabilidad, y Aixa respondió. Volvió a ser la jugadora desequilibrante que el equipo necesitaba.
Pero como en toda historia de cambio, también hubo despedidas. A finales de junio, Vigil dejó Alianza y firmó con la Universidad San Martín para la temporada 2025/26. Un giro que sorprendió a muchos, sobre todo porque aún negociaba su renovación. Las críticas no se hicieron esperar, pero ella lo tiene claro: “Mi corazón siempre va a estar con Alianza”.
Aixa fue clave en el bicampeonato 2024-2025 de la Liga Peruana de Vóley. Como punta receptora, mostró liderazgo, temple y, sobre todo, garra. Y aunque su camino ahora sigue en otro club, ese capítulo con Morando dejó huella. “Para mí, es el mejor entrenador que ha pasado por la Liga Peruana de Vóley”, aseguró.
¿Será este el nuevo impulso que necesitaba para brillar en San Martín? El tiempo dirá. Pero si algo nos enseñó esta historia, es que un buen entrenador puede cambiarlo todo.