Los Tiburones de La Guaira celebran su octavo título en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) y, en gran medida, deben su éxito al brillante desempeño de su lanzador estrella, Ricardo Pinto. Después de 37 años de espera, los escualos se consagraron campeones al vencer a los Cardenales de Lara en una emocionante Gran Final, dejando la serie 4-1 a su favor.
Ricardo Pinto, el destacado abridor de los Tiburones, emergió como una figura clave en la conquista del título. Durante la etapa definitoria, Pinto demostró su maestría al lanzar 14.0 innings sin permitir carreras, limitando a los Cardenales a solo ocho hits, otorgando seis boletos y propinando 11 ponches. Su impecable actuación no solo aseguró el campeonato para La Guaira sino que también lo catapultó al título de Jugador Más Valioso (MVP) de la Gran Final.
La importancia de Pinto para el equipo va más allá de sus estadísticas sobresalientes en la serie final. Su impacto se sintió desde el inicio de la temporada, donde, a pesar de un inicio desafiante con una foja negativa de 1-2 en la Ronda Regular, logró una notable transformación.
En comparación con su desempeño en la Ronda Regular, Pinto elevó su nivel en la etapa decisiva, superando la marca de siete entradas lanzadas, una hazaña que no había logrado en la primera parte del torneo. Su contribución fue fundamental para el equipo, marcando una clara mejoría que culminó en la obtención del ansiado campeonato.
Sin la presencia destacada de Ricardo Pinto, el curso de la historia podría haber sido diferente para los Tiburones de La Guaira, y la sequía que los aquejaba podría persistir. El MVP de la Gran Final se erige como un pilar fundamental en la victoria de los escualos y deja una marca imborrable en la memoria de los fanáticos y la historia de la LVBP.