En el año 2006, cuando Pep Guardiola dejó atrás su carrera como jugador en Dorados de Sinaloa y vislumbraba su futuro como entrenador, tomó una decisión crucial: buscaría a dos figuras clave para perfeccionar su formación táctica y filosofía de juego. Uno de esos nombres era el de César Luis Menotti, el legendario técnico argentino. Fue entonces cuando, de la mano del cineasta David Trueba, Guardiola planificó un viaje a Argentina para encontrarse con Menotti y Marcelo Bielsa, marcando así el inicio de una relación que trascendería lo meramente profesional para convertirse en una amistad profunda y duradera.
El encuentro entre Guardiola y Menotti tuvo lugar en el restaurante Piegari de Recoleta, donde durante horas interminables, hasta altas horas de la madrugada, el diálogo sobre fútbol fluía como el café que los acompañaba. Según relata el periodista Vicente Muglia en su libro “Che Pep”, Menotti quedó impresionado por la sed de conocimiento de Guardiola, describiéndolo como una “ametralladora” de preguntas, aunque para él, Guardiola ya poseía un vasto saber futbolístico.
La relación entre ambos no se limitó a ese primer encuentro; se convirtió en un intercambio constante de ideas y experiencias a lo largo de los años. Guardiola admiraba la visión de Menotti sobre el juego y encontraba en él no solo un mentor, sino también un amigo con quien compartir inquietudes y pasiones por el fútbol.
El legado de Menotti perdura en la filosofía de juego de Guardiola, quien ha sabido amalgamar sus propias ideas con las enseñanzas recibidas del Flaco. Hoy, con la triste noticia del fallecimiento de Menotti a los 85 años, el mundo del fútbol despide a una leyenda cuyo impacto trasciende generaciones, dejando una huella imborrable en aquellos que, como Guardiola, tuvieron el privilegio de cruzar sus caminos con él.
La profunda influencia de Menotti en Guardiola: más allá del fútbol, una amistad filosófica
La conexión entre el hombre surgido de Rosario Central, César Luis Menotti, y el actual director técnico del Manchester City, Pep Guardiola, ha resultado ser una fuerza ineludible en el mundo del fútbol. A lo largo de los años, sus encuentros se han sucedido tanto en Europa como en Argentina, siendo cada uno de ellos un festín de conversaciones futbolísticas que han perdurado por horas interminables.
En estos encuentros, que datan desde al menos 2013 hasta 2014, y en cada viaje de Menotti a Europa o de Guardiola a Argentina, la pasión por el deporte los ha mantenido unidos. En cenas de largo aliento, acompañados a veces por otras figuras destacadas del fútbol como Gabriel Milito, han compartido alrededor de 30 horas de charlas, sin principio ni final aparente.
Pep Guardiola, en una declaración de admiración, destacó en 2021 la pasión y el entusiasmo con los que Menotti aborda el fútbol, equiparándolo a un revolucionario que nunca pierde su fervor por el juego. Por su parte, Menotti no escatimó elogios hacia Guardiola, comparándolo con el Che Guevara del fútbol, destacando su inquebrantable idea de juego y su deseo de dominar el campo y el balón.
Esta relación no se limita únicamente al ámbito futbolístico, sino que se ha vuelto filosófica en su naturaleza. Ambos se plantean preguntas sin encontrar siempre respuestas, lo que ha llevado a reflexiones profundas sobre el juego y su evolución.
Mario Alberto Kempes, tras la lamentable noticia del fallecimiento de Menotti, destacó la similitud entre las filosofías de juego de ambos entrenadores, señalando la espectacularidad del Huracán campeón del 73 bajo la dirección de Menotti y el impacto del Barcelona de Guardiola. A pesar de las diferencias contextuales, la esencia de su enfoque en el fútbol y la afinidad entre ellos han sido evidentes a lo largo del tiempo.
Guardiola y Menotti, unidos por un estilo de juego y más de 30 horas de conversaciones de café, han demostrado que su relación va más allá de lo meramente profesional, siendo una fuente de inspiración y aprendizaje mutuo que ha dejado una marca indeleble en el mundo del fútbol.