En un partido que bien podría haber terminado en otro fiasco para el Manchester City, el equipo dirigido por Pep Guardiola logró una ajustada victoria por 2-0 sobre Leicester City en la jornada 19 de la Premier League. El gol de Erling Haaland, que llegó a los 84 minutos, fue el toque definitivo que acabó con una sequía de varios partidos sin victorias y, sobre todo, sin goles del delantero noruego.
El choque, que se disputó en el estadio King Power, marcó el partido número 500 de Guardiola como entrenador del Manchester City. A pesar de su impresionante trayectoria en el club, con 18 títulos y múltiples records en la Premier League, el presente de los “Citizens” atraviesa una etapa de incertidumbre y bajos rendimientos. La victoria ante Leicester, aunque importante, no disimuló las fragilidades que han afectado al equipo en las últimas semanas.
Un Manchester City lejos de su mejor versión
Desde el inicio del partido, el City mostró una versión muy alejada de la contundencia y dominio que ha caracterizado a este equipo en las últimas temporadas. Si bien dominaron la posesión del balón en los primeros minutos (alcanzando un 85% en el inicio), no fueron capaces de imponer su juego y, para sorpresa de muchos, el Leicester fue quien mostró más ambición, aunque sin poder concretar sus oportunidades.
De hecho, los de Guardiola se salvaron en varias ocasiones gracias a las intervenciones del portero Stefan Ortega, quien se convirtió en la figura del encuentro. El defensa Josko Gvardiol, por su parte, estuvo involucrado en algunos errores defensivos que pudieron costar más caro, pero Ortega estuvo impecable al evitar que Leicester empatara el partido en varias jugadas claves.
El único gol del primer tiempo llegó temprano, en el minuto 21, cuando un remate de Phil Foden fue repelido por el portero rival, Stolarczyk, pero el balón quedó a los pies de Savinho, quien asistió para que Haaland, en su primera oportunidad clara, marcara el 1-0.
El gol de Haaland y la crisis de juego del City
La segunda mitad no mejoró el panorama del City. A pesar de mantener el control de la posesión del balón en gran parte del encuentro, no lograron generar un juego fluido y constante. El Leicester continuó proponiendo peligro, pero se vio incapaz de igualar el marcador. El City, por su parte, se dedicó a resistir, confiando más que nunca en su defensa y en Ortega.
Fue en los últimos minutos del partido, cuando el marcador seguía 1-0, que Haaland se encargó de sentenciar el triunfo con un gol de cabeza, tras un centro preciso de Savinho. Este 2-0 fue suficiente para asegurar los tres puntos, pero el equipo de Guardiola sigue dejando muchas dudas. La victoria llegó de la mano de una actuación que, aunque positiva en cuanto al resultado, no resalta ni mucho menos la calidad de juego que ha sido la seña de identidad del City en años anteriores.
¿Qué significa esta victoria para el futuro del Manchester City?
Aunque el Manchester City consiguió una victoria vital para superar una crisis de resultados, su rendimiento general sigue siendo preocupante. La falta de eficacia en ataque, la vulnerabilidad defensiva y la falta de intensidad en algunos tramos del partido no permiten pensar que el equipo esté listo para competir por grandes objetivos esta temporada.
A pesar de que los goles de Haaland y el trabajo de Ortega permitieron al City llevarse los tres puntos ante Leicester, el equipo sigue lejos de mostrar el nivel esperado, especialmente a pocos días de enfrentarse al París Saint-Germain en la Liga de Campeones, donde el pase a la siguiente ronda estará en juego. Además, la lucha por el título de la Premier League parece casi imposible, con un equipo que no logra encontrar su mejor versión y que está lejos de los estándares de calidad que lo llevaron a ser campeón de Inglaterra las últimas temporadas.
Con una plantilla llena de talento, como De Bruyne, Foden, Silva y Haaland, el City necesita una reacción urgente si quiere seguir siendo considerado uno de los equipos más poderosos de Europa. Sin una mejora significativa, los desafíos que se le vienen por delante podrían ser insuperables.