Con la llegada de Jorge Fossati al timón de la Selección Peruana, la expectativa sobre su primer once titular para los amistosos ante Nicaragua y República Dominicana ha aumentado. Uno de los aspectos más intrigantes es si el estratega optará por alinear juntos a Paolo Guerrero y Gianluca Lapadula en un esquema 3-5-2. Esta posibilidad plantea interrogantes sobre cómo se complementarían estos dos delanteros.
A pesar de la sólida trayectoria individual de ambos jugadores, su historial como dupla en el terreno de juego es limitado. A lo largo de los años, solo han compartido la cancha en tres ocasiones, sin lograr resultados positivos en ninguno de esos encuentros. La falta de sincronización y la ausencia de goles en esas ocasiones plantean dudas sobre su capacidad para funcionar como una pareja efectiva en la delantera.
Paolo Guerrero, con su enfoque más centrado en la posición de centrodelantero y su impresionante historial goleador, contrasta con el estilo más móvil y versátil de Gianluca Lapadula, quien tiende a salir del área y buscar oportunidades en diferentes zonas del campo. Esta diferencia en sus estilos de juego podría afectar su capacidad para formar una asociación fluida en el ataque.
A pesar de las incertidumbres sobre la compatibilidad de Guerrero y Lapadula como pareja de ataque, Fossati tiene otras opciones para considerar. Jugadores como Edison Flores, Bryan Reyna y Alex Valera ofrecen alternativas con diferentes características que podrían adaptarse mejor al esquema táctico del entrenador.
Flores, conocido por su capacidad para operar como un segundo delantero o un enlace entre el centro del campo y el ataque, podría desempeñar un papel crucial en la creación de oportunidades para Guerrero y Lapadula. Por otro lado, Valera podría ofrecer una presencia más física en el área, liberando a uno de los delanteros para operar en una posición más avanzada.
La elección de Fossati en cuanto a la formación y la alineación final dependerá de diversos factores, incluidas las características individuales de los jugadores, la estrategia de juego y las necesidades específicas del equipo en cada partido. Con la convocatoria pendiente, los aficionados esperan con ansias conocer la decisión final del entrenador y observar cómo se desenvuelve el equipo en el terreno de juego.